El estigma de la salud mental complica la atención de daños psiquiátricos derivados de la pandemia
Eloy Herrera. –
Cerrar la consulta externa para atender solo urgencias, suspensión de visitas familiares, cierre de grupos de apoyo, falta de medicamentos, contagio y hasta fallecimientos entre el personal médico son algunos de los impactos que ha causado la pandemia del COVID-19 a las instituciones de salud mental.
Todo esto ha provocado que la salud mental de los pacientes haya empeorado durante los pasados meses. Las autoridades hacen un importante esfuerzo por reiniciar la atención regular a los pacientes.
Sin embargo, los problemas de este tipo, causados por la pandemia, parecen de una magnitud que todavía no alcanzamos a dimensionar.
En marzo, del 2020, cuando el gobierno mexicano ordenó el encierro obligatorio se suspendieron muchos de las actividades relacionadas con la salud mental. En diciembre reiniciaron algunas, otras de ellas apenas están tratando de reactivarlas. Así lo manifestó la doctora Laura Vizcarra, residente del Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California.
«Realmente fue una situación muy difícil; lo que es hospitalización y urgencias nunca se cerraron, pero, sin embargo, la consulta de psiquiatría, empezó a abrir, pero muy espaciada», expresó.
Los familiares ya no pudieron acompañar a sus enfermos mentales a la consulta, solo los indispensables, «porque muchos de nuestros pacientes necesitan de un acompañante. Solo un acompañante, no visitas al hospital, en pacientes hospitalizados, los informes se daban por vía telefónica», señaló.
El COVID-19 ha afectado la salud de las personas, pero también sus planes de vida, dinámica familiar, rol laboral y hasta su salud mental.
Desafortunadamente, estos problemas en muchas ocasiones no son ni siquiera identificados y luego, aquellos que los padecen y sus familias no quieren acercarse a una institución de salud mental por el estigma social que pesa sobre ellas.
Ansiedad, depresión y estrés postraumático se presentan en casi el 95 por ciento de los pacientes COVID. A pesar de que estos síntomas son pasajeros, con la enfermedad, en algunos casos se mantienen y hacen necesaria la atención médica y medicamentos.
«Aquí, a nivel local, no tenemos cifras aún porque esta enfermedad es muy nueva», dijo.
Cuando un paciente se presenta con problemas de salud mental derivados de la pandemia es diagnosticado para determinar si el padecimiento puede ser resuelto psicológicamente, o requiere del uso de medicamentos
«Con base en eso se decide si amerita un manejo farmacológico, si es así el manejo se hace con base en antidepresivos, ansiolíticos, o, en su defecto, antipsicóticos», agregó.
La remisión de síntomas se puede alcanzar en un periodo de cuatro a seis semanas
LOS MÁS AFECTADOS
Especialistas señalan que los infantes, adolescentes, jóvenes, las mujeres, personas mayores con problemas de salud previos, inmigrantes y refugiados y los trabajadores “de la primera línea” de acción contra la enfermedad son los más afectados por los trastornos mentales.
Sin embargo, la doctora Vizcarra destaca al grupo de los adultos mayores como los más afectado por los problemas de salud mental derivados de la COVID-19.
«He visto, incluso, de 40 en adelante», dijo por último la residente de psiquiatría.
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