Agencias
CIUDAD DE MÉXICO
Las historias de iniciación laboral se han convertido en la premisa adecuada para abordar reflexiones sobre autodescubrimiento, identidad y lucha por los verdaderos sueños, el común denominador de todas es la presencia de un jefe muy duro de roer y una pasante o recién graduada con toda la ilusión de aprender, aunque el camino no es el más sencillo. A estas alturas, la idea se ha explotado hasta el cansancio con resultados mixtos, desde Jerry Maguire: Amor y Desafío a Pasante de Moda, para ser ya una suerte de fórmula, por lo que el reto siempre será reinventar una trama ya gastada. A esta la lista se une El trabajo de mis sueños, del director canadiense Philippe Falardeau, quien hace unos años nos conquistó con Monsieur Lazhar.
Si bien el director no es un desconocido en Hollywood (en 2014 estrenó La Buena Mentira con Reese Witherspoon y Corey Stoll), El trabajo de mis sueños (My Salinger Year, en inglés) representa su largometraje de mayor proyección internacional al tener a Sigourney Weaver liderando un elenco que también incluye a la joven Margaret Qualley, quien hizo su debut en Había una vez en… Hollywood.
Basada en el libro de memorias Mi año con Salinger de Joanna Smith Rakoff , la historia gira en torno a Joanna, una joven que sueña con ser una gran escritora y que consigue trabajo como asistente de la directora (Sigourney Weaver) de una de las principales agencias literarias de Nueva York. Ahí una de sus principales tareas será responder las numerosas cartas que envían los fans a uno de los escritores de la firma, el mítico J.D. Salinger, autor de “El guardián entre el centeno”. Apartándose del protocolo, Joanna decidirá contestar las cartas imprimiéndole un toque personal arriesgándose un poco, ya que ella no quiere ser una trabajadora ordinaria, quiere ser alguien extraordinaria.
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