Así como a los productores mexicanos les cierran los norteamericanos la aduana cuando un producto nacional los afecta, así ahora los datileros están pidiendo que México no permita la entrada de esta fruta al país.
El Ing. José Jesús Bustamante Salcido, como presidente de los productores del dátil, pidió que se buscara la forma de cerrar la aduana a los datileros de allá que desde hace cuatro años están trayendo su producción para procesarla aquí y luego regresarla de nuevo a Coachella e Indio, California, principalmente.
La petición que hace el ex rey de la cebollita, es porque además de que representan esos datileros una competencia desleal, la producción que no pasa la dejan aquí y está propiciando que la plaga conocida como el “gusano barrenador del dátil” se propague en perjuicio del cultivo local.
Está plenamente justificada la solicitud del ingeniero, porque es la producción de aproximadamente cuatro mil hectáreas la que traen a procesar aquí en cuatro empaques, que la mayoría trabaja en el parque industrial.
La queja, que por cierto desde hace mas de un mes la expuso en este semanario el también datilero local, Roberto Hernández, ya fue presentada en la Ciudad de México, si mal no estoy enterado, fue en el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria –SENASICA-, donde el Ing. Ricardo Martínez Parra, la presentó.
Martínez Parra, como parte de una comisión de líderes, que fue a la Gran Tenochtitlán, llevó la encomienda y fue bien atendido porque se concientizaron del problema los funcionarios.
En el viaje también estaba el Ing. Juan Armenta, quien fue a insistir en la necesidad de que se extiendan los permisos de importación de semillas de algodón transgénicas.
Este es un caso difícil que se viene tratando desde el inicio de la presente administración federal, porque al titular del poder ejecutivo, Lic. Andrés Manuel López Obrador, no le gustan las transgénicas.
Un tercero que hizo el viaje también, fue Gilberto Ibarra, quien en el folder llevó asuntos propios de la cooperativa.
Mientras que Gilberto se encontraba en la Ciudad de México, su nombre aquí se involucraba al mencionarse que fue en su período al frente del módulo de riego número uno, cuando los malos manejos económicos del Ing. Octavio Meraz, se iniciaban.
Realmente fue poco el dinero que se desvió en esa administración, como también en la que siguió y que encabezo el Ing. Osvaldo Romo, no así en la que la que está presidiendo la licenciada Verónica Gómez, quien fue la que descubrió los malos manejos.
La oposición habla de un desvío superior a los cinco millones de pesos, a reserva de que concluya la investigación que se está haciendo.
Cabe aclarar desde ahora, que ni Gilberto ni Osvaldo sospechaban de esto que sucedió en sus administraciones, y que fue la presidente actual la que descubrió el ilícito.
Conste que esto nada tiene que ver con el sutil distanciamiento que se ha estado dando entre la dama y el grupo que la ayudo a llegar al módulo.
Son cosas totalmente diferentes.
Por lo pronto hay que esperar el resultado de la auditoria que está en proceso por un despacho externo.
El hermetismo que hay en torno al caso, impide saber qué es lo que sucederá con los implicados.
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