Para el presidente Andrés Manuel López Obrador, Petróleos Mexicanos (Pemex) representa uno de los ejes principales de su gobierno. «Es la palanca del desarrollo nacional», suele decir.
Sin embargo, la empresa productiva del Estado es una de las petroleras más endeudada del mundo, según calificadoras internacionales.
Además desde hace una década enfrenta una fuerte caída en sus niveles de producción de hidrocarburos, especialmente petróleo crudo.
A pesar de este escenario, López Obrador emprendió una estrategia para rescatar a Pemex con una fórmula que ha sido cuestionada: incrementar la inyección de recursos públicos y restringir la participación de capital privado.
El plan desata controversia. Grupos financieros como Citi Banamex y BBVA Bancomer dicen que la propuesta oficial es «insuficiente» para superar la crisis en la empresa.
Y otros advierten que la estrategia, llamada Plan de negocios de Petróleos Mexicanos y sus empresas productivas subsidiarias 2019-2023, puede agravar los problemas.
Aún más: la estrategia aumenta el riesgo de que se asigne una mala nota a la deuda soberana del país por parte de calificadoras internacionales.
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