#EnLaOpinionDe
Por: Raúl Berumen
Palacio Nacional se ha convertido en un circo y la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, en la pista, el escenario.
A lo largo de estos años de gobierno de López Obrador hemos sido testigos de todo tipo de disparates y ocurrencias, pero también de acusaciones, sentencias y exhibiciones. La “mañanera” no busca informar acciones de gobierno, es todo un espectáculo de entretenimiento, es darle a sus fanáticos seguidores lo poco que exigen, pero también es el mejor espacio para lanzar dardos distractores.
Ningún escándalo había mermado la popularidad del presidente, ni los video escándalos de sus hermanos recibiendo sobres de dinero en efectivo y diciendo que eran para Andrés Manuel, tampoco los escandalosos desvío de recursos a los estadios de beisbol de su familia, ni los contratos ilegales a su prima Felipa, menos los casos de corrupción de sus funcionarios más allegados.
Pero las recientes revelaciones e investigaciones periodísticas sobre la vida de lujos de su hijo José Ramón en Texas, el tráfico de influencias y conflicto de interés con una empresa petrolera y PEMEX.
El presidente buscó distraer con ocurrencias a las que nos tiene acostumbrados, “pausando” relaciones con España acusando saqueos históricos a México, aunque hubo algunas declaraciones de reacción nadie le siguió el juego.
Fue más lejos al revelar supuestos ingresos del periodista Carlos Loret de Mola, quien descobijó al hijo del presidente y sus excesos lujosos, la mansión de Texas y su vida de millonario sin trabajar.
Nuevamente buscó distraer y desviar la atención, pretendiendo que la discusión se centre en cuánto gana Loret, quién le paga y si gana 35 veces más que el presidente, cuando la verdadera discusión debiera ser el estilo de vida del junior, contrastante con el discurso de tener una vida conformista y mediocre que todo los días receta el presidente a sus fanáticos seguidores.
Por primera vez un escándalo ha fracturado al presidente y su popularidad, los mexicanos han dudado de él, lo sabe y por eso está enojado.
También lo sabe Morena, a tal grado que los gobernadores emanados del partido del presidente han salido a defenderlo con un desplegado nacional en contra del periodismo crítico e independiente.
El experto en distraer está enojado, herido, lo sabe y le desespera.
*El autor es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y director del portal de noticias VOCES.
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