Luego de la muerte de Aarón Guadalupe, quién asesinó y enterró a Itzel Nohemí luego de plagiarla y cometer abusos, miles de personas se manifestaron a favor y en contra, otras hasta especularon en cuanto a la identidad.
Y es que no faltó que en perfiles y páginas de Facebook, dieran a conocer sus versiones incentivando a los usuarios a compartir mentiras y verdades.
Tras darse a conocer la noticia, el reclamo de la sociedad fue en el sentido de que era una cortina de humo y que el hombre había pagado mucho dinero para hacer el circo y quedar en libertad, como si se tratara de una persona millonaria.
Luego pedían fotos del hombre donde estuviera colgado o ya de plano en el suelo, pero que se le viera la cara para hacer comparaciones.
Otros más comentaban que no se trataba de la misma persona, pues días antes se lo habían llevado a Hermosillo y que allá lo iban a liberar.
La presentación de fotos en redes sociales donde estaba vestido con uniforme de guardia de seguridad con una antigüedad de más de cinco años y unas del momento del arresto, fue lo que provocó que saliera a relucir el tema ‘otro Aburto’, y es que la mente de las gentes se cierran en lo que quieren creer y ver.
Esto derivó en que se difundiera el rumor de que se trataba de un ‘chivo expiratorio’, fabricado por la policía para acallar a la sociedad, y que por eso hacían circo de la muerte para liberarlo.
También se ventiló en redes que no se trataba de un suicidio, que los mismos presos lo habían sometido, violado y torturado hasta darle muerte.
Fue tanto el alboroto por saber dónde estaba el cadáver, que varias personas con teléfono en mano y activado en modo película, acudieron hasta la Funeraria Gaudi, de calle 9 y avenida Guadalupe Victoria para verificar.
Ante el temor de daños o ataques físicos, el personal de la funeraria dio a conocer que ellos solo prestaron el servicio de traslado del cadáver del Cereso al Servicio Médico Forense, cuyas instalaciones están en la funeraria del DIF, de avenida Francisco E. Kino y calles 2 y 3.
Y es que en las redes sociales se hablaba de robar el cadáver y tirarlo al lecho del Río Colorado, para pasarle con carros por encima y hacerlo pedazos, pues con la muerte no paga todo el daño que hizo a la menor y a la familia.
Entre otras cosas se dio a conocer en redes, fue el supuesto robo del cadáver por parte de un comando armado, como si se tratara de algún importante miembro del narcotráfico.
Lo último hasta ayer por la tarde fue una petición a todas las funerarias de San Luis para que no lo velarán, y un llamado al Presidente Municipal para que no diera permiso de enterrarlo en esta ciudad.
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