Empresas vienen, ven y se van, dice Martín Hernández

Pedro Márquez

A pesar de los atractivos que tiene el ejido Mesa Rica, su estancamiento es una realidad que viene desde los tiempos de su fundación, cuando dos grupos se disputaban el poder.

“Esa división, como maldición que se heredó, continua entre los ejidatarios y el daño esta a la vista porque el desarrollo agrícola esta ausente, y la presencia de Empresas no se ve, no obstante que muchas han intentado asentarse aprovechando el paso de la carretera, la colindancia con el mar y los bancos de materiales pétreos”, dice Martín Hernández Cruz.

“Si fuéramos unidos y las alternancias en el comisariado se desarrollaran honestamente, otra cosa fuera, porque algunas empresas han “venido, han visto y se han ido” porque se han percatado de los problemas internos”, dice con claridad el campesino que es de los pocos que siembran su tierra.

Cree que no han sido inteligentes y han seguido el camino de la división que recibieron de sus antecesores, pese a que ahora tienen agua, canales y tierra para trabajar, independientemente de los bancos con arena y grava, así como la ciénega de Santa Clara para explotarla turística y cinegéticamente.

Reconoce que tienen la materia prima para elevar al ejido a un mejor plano, pero desafortunadamente ni siquiera a los horticultores han podido atraer para que les compren tierra.

Con tristeza acepta que no han sabido sacarle provecho a todo eso, como tampoco que la carretera al Golfo atraviesa el ejido.

Mentes que quieren el control permanente del comisariado, se han apoderado del ejido sin mirar el retraso que le han causado con esa decisión que ahuyenta a inversionistas interesados en establecerse, agrega.

Hizo votos porque el cambio que se avecina se realice en un marco de honestidad, sin acciones tendenciosas con sentido de beneficiar al mismo grupo de siempre.