El nuevo gobierno estatal, de Alfonso Durazo, tampoco atiende el mantenimiento a las carreteras del valle sanluisino

Pedro Márquez

A dos meses de que tomó posesión el nuevo gobierno estatal de la 4 “T”, los ramales de las carreteras rurales siguen en estado deplorable, y algunas de ellas ya desaparecieron completamente en algunos tramos.

A estos ramales, ya se le sumaron una parte de la carretera principal que atraviesa el valle, así como la de La Grullita en el tramo comprendido entre la Iglesia de San Isidro Labrador y la “T” que se forma con el ramal proveniente del poblado del ejido Islita.

Estas dos arterias, que cuentan con abundante circulación, presentan múltiples baches profundos que constantemente están creciendo y acabando con el acotamiento para hacer cada día más angostos los carriles.

El problema es todavía más grande en la cinta que lleva a Luis B. Sánchez, ese tramo se ha convertido en una trampa mortal para los automovilistas, porque a los profundos y amplios hoyancos, no se les puede evadir porque si no chocan con el que viene de frente, te sales de la carretera.

Anteriormente, este problema solo se presentaba en la arteria de la colonia La Bolsa, el tramo que une a los poblados de Lagunitas-Independencia, el ramal de la colonia Hidalgo y en menos proporción el enlace de la colonia Moctezuma.

La administración estatal anterior, no escuchó el reclamo de los campesinos en el sentido de atender el problema, y el actual no ha dado muestras de enfocarse a mejorar las condiciones de todos los ramales.

El lamentable estado de todas las carreteras exige que el nuevo gobierno ya se enfoque al problema para hacerlas transitables, y sobre todo para poder transportar las cosechas a los centros de acopio.