*Dice Roberto Hernández.
Pedro Márquez.-
Aunque reconoce que José Barba Orozco fue el creador de la Unión de Agricultores que fue la base para formar después a la Sociedad Cooperativa Lic. Alfredo V. Bonfil, Roberto Hernández Quezada, manifiesta que la Empresa trajo progreso para los productores y desarrollo para el Municipio y Estado, principalmente.
Abordado en el marco del 50 aniversario de fundación de esta Empresa constituida oficialmente el 31 de agosto de 1973, sostiene también que con la seriedad que la ha caracterizado desde su fundación, sirvió como referente para fijar precios que favorecían a socios y cliente, y así acabar con intermediarios y Empresas abusadoras.
Con 37 años que fue socio de esta Cooperativa que viene a ser en la actualidad la más importante del Noroeste del país, recuerda que fue el primer Gerente de la sección Insumos, área de la que gracias al crecimiento que tuvo, se pudieron crear otras secciones bajo los período que se desempeñó como Presidente del Consejo de Administración que encabeza ahora el ejidatario Gilberto Ibarra Lepe.
Para corroborar sus palabras, quien ocupó cuatro veces la Presidencia, y dejó de ser socio en el periodo del Ing. Gerardo Celaya, dice que uno de los activos más importantes que logró fue la compra del actual Molino Harinero que se tiene y que se trajo de Italia.
“Su instalación que estaba proyectada más al fondo de donde quedó, y que era para conectar los silos y almacenes directamente al Molino, no se hizo supuestamente para que los automovilistas lo observaran a su paso por la carretera, ocasionando esto que todavía la conexión no se haga, cita el ex socio.
Recuerda también que el crecimiento que registró la Empresa se debió a la compra de dos despepites de algodón, el de la Colonia Coahuila y, el de la Moctezuma. Aquí, dijo, los socios ganaban en todo, ocasionando que el número de miembros aumentara y que las otras plantas bajaran la superficie.
Con una flotilla de cinco aviones, fumigaban el algodón que vendían a Empresas conocidas internacionales, igual a las textiles del interior del país a donde iba el a ofrecer la fibra excedente que producían.
Habla también que otro activo de sus administraciones fue la Gasolinera de la Colonia Nuevo, misma que se amplió en el periodo de Ignacio Salazar y que ahora el Consejo de Gilberto Ibarra esta transformando.
En síntesis, reconoció que la Empresa esta operando gracias a las buenas administraciones que ha tenido, pero también aceptó que otras la han puesto al borde de la quiebra por regalar insumos.
Hizo votos porque el buen desarrollo de las administraciones de Héctor Eliot Muñoz y Gilberto Ibarra, continúe para bien de los socios, porque solo así podrá seguir ayudando al campesinado.
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