Pero consideran que están avanzando en su participación en la vida del país.
Pedro Márquez
Para María Dolores Becerril, el Día Internacional de la Mujer que se festeja el día 8 de marzo no existe, porque para ella todos son igual. Se levanta a las cuatro de la mañana, prepara los alimentos para sus tres hijos, y los que llevará al campo donde trabaja en el corte de hortalizas.
Desde hace diez u once años, no recuerda exactamente, se ha dedicado a trabajar al lado de su esposo en el amarre de productos hortícolas, sin saber con claridad los beneficios y protección que las leyes dan ahora a las mujeres.
A pesar de eso, dice que en el poco rato que por las noches ve televisión, se da cuenta que ya las mujeres son mas tomadas en cuenta, al menos en esta parte, porque allá en su lugar de origen, Pachuca, Hidalgo, los hombres siguen dominando en todas las actividades.
Esta marginación que delata, y que no permite el desarrollo del género, le gustaría terminarla en su familia, y por eso sus hijos, dos mujeres y un hombre, van a la escuela, y por eso también la familia se ha arraigado en esta cabecera municipal.
En confianza, dice que hasta hace poco al terminar aquí el trabajo, viajaban al valle de la Trinidad a seguir el amarre de cebollín o rábano, principalmente.
Considera que ahora que han decidido establecerse aquí, su vivienda se ha transformado y han podido comprar televisión, radio, cama, y demás cosas de beneficios para toda la familia.
Ojalá, pide a Dios, que sus hijas cuando crezcan si tengan conocimientos sobre el Día Internacional de la Mujer, pero sobre todo que no sufran las marginaciones como sucede de forma normal allá en su natal, donde asegura que tiene mucha familia, entre ellas sobrinas.
Aunque, en lo personal no puede disfrutar los avances que ha logrado la mujer, manifiesta que en la televisión también se aprecian los espacios que han ganado y que ocupan.
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