Autoridades estadounidenses inauguraron el nuevo edificio anexo peatonal en la Garita San Luis I, el cual de acuerdo al director del puerto John Schwamm, incorpora tecnología de reconocimiento facial de punta que es utilizada por primera vez en el país y que permite a los oficiales saber quién es el viajero antes de que llegue a la caseta de procesamiento.
“… Sabemos quién es la persona cuando llega a nosotros. Mientras los viajeros esperan, la cámara toma fotos de sus rostros y esta información se procesa en el sistema y es obtenida por el oficial de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), ahorrando un promedio de 20 segundos en el procesamiento de cada persona”, indicó Schwamm.
Expuso que el nuevo edificio es altamente eficiente y permite ahorrar electricidad, además de ser moderno.
“El agua que se usa para lavarse las manos se recicla y utiliza en el inodoro y en lugar de césped se plantó vegetación nativa que usa menos agua”, anotó.
Estuvieron presentes también en la ceremonia de inauguración, el administrador regional de General Service Administration (GSA), Tom Scott; el senador Jon Kyl; el congresista por el Tercer Distrito, Raúl Grijalva; el alcalde de San Luis, Gerardo Sánchez; el presidente municipal de San Luis Rio Colorado, Santos González Yescas, y el asesor de Asuntos Regionales e Internacionales del gobierno de Arizona.
El tránsito de peatones excedía la capacidad de las antiguas instalaciones, por lo que GSA construyó el nuevo edificio anexo para expandir la capacidad de procesamiento.
La instalación de 8 mil pies cuadrados cuenta con 10 casetas para procesamiento de peatones, tres más de las que tenía anteriormente, en un espacio moderno y seguro e incluye nuevas oficinas y espacios públicos.
“La modernización de nuestros puertos de entrada es crítica para asegurar una fuerte relación entre los Estados Unidos y México”, dijo el representante Raúl Grijalva.
“Los asuntos económicos y de seguridad no terminan en la frontera y estas mejoras aseguraran un flujo más eficiente y seguro de viajeros entre nuestros dos países, que hará a las comunidades fronterizas más seguras y facilitará una mayor actividad económica”.
El proyecto de 6 millones de dólares fue diseñado para disminuir los costos de operación a pesar de estar localizado en clima desértico, por lo que para generar ahorros a los contribuyentes estadounidenses se incorporaron a la instalación paneles solares, niveles superiores de aislamiento y la utilización de la luz natural, junto con suministro de agua de bajo consumo y vegetación nativa que resiste las condiciones de un clima extremadamente árido.
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