Messi no levanta cabeza. Después del baile de 3 goles a 0 que les pegó Croacia, la suerte de Argentina depende de Islandia y Nigeria, selecciones que se suponen de entretiempo en un Mundial, también en el de Rusia.
La vida siempre puede ir a peor en la angustiada Albiceleste. Ya no sobrevive para vencerse en la final sino que ahora se pierde a mitad de camino en partidos de clasificación como el que le enfrentó a Croacia.
Argentina queda a merced de la corriente, de terceros equipos, paralizada ante el equipo de Modric y Rakitic.
Ya no sabe qué hacer Sampaoli después de juntar desesperadamente a dos futbolistas que se suponían incompatibles como Dybala y Messi. El delantero de la Juve tampoco pudo corregir el partido que no supo enderezar el 10 del Barcelona.
Todavía no se había atado las botas Messi y Perisic ya había exigido una excelente intervención de Caballero. A Croacia no le costaba nada llegar al área de Argentina, que se paró con una defensa de tres, vulnerable por las bandas, bien atacadas por Perisic y Vrsaljko.
Las sensaciones de la Albiceleste son tan malas que ni siquiera sus seguidores apuestan por una última jornada reparadora con la participación de Islandia y Nigeria. No tiene sangre ni rebeldía, agachada y abatida, sin equipo ni liderazgo, ahora mismo carne de cañón en Rusia.
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