Pedro Márquez.-
Al ser clasificado el cultivo de la sandia como excesivamente caro y muy riesgosa su comercialización, la superficie a sembrar es determinada bajo una programación fundamentada en lo que pida el cliente o comprador de la producción.
La información que es proporcionada por el Ing. Rafael Romero, en calidad de Gerente de Cosecha de la Empresa “Green Line”, propiedad del Agrónomo Manuel Martínez, contempla que en setenta hectáreas se puede invertir hasta un millón de dólares, agrega el informante ante el Jefe del Distrito de Desarrollo Rural –SADER-, Ing. Luis Ascensión Cervantes, quien inspeccionaba el cultivo.
Esto es lo que hace que en el Valle de San Luis apenas se hayan sembrado 331 hectáreas entre ocho productores, incluyendo al Ing. Martínez, que tuvo que reducir la superficie de 70 unidades que sembró el año pasado a las 50 actuales que ya esta cosechando y enviando al mercado estadounidense.
Para que el convenio de siembra y comercialización del producto se cumpla fielmente, en esta ocasión se firmo un contrato entre Representantes de la mencionada Empresa local, y la comercializadora de Estados Unidos “Green Farms Line”, donde se establecieron las condiciones de ambas.
Con el documento firmado, el comprador demanda sandias sin semilla en resistentes cajas de cartón con capacidad para 36, 45, 60 y 80 piezas, mientras que las de semilla deben ser entre 35 y 40, según el tamaño.
De acuerdo a un innovador sistema de polinización que se implemento a partir de este ciclo, la producción por hectárea podría cerrar entre 45 y 50 toneladas por hectárea, se dijo.
Con relación a la venta de la cosecha, el Ingeniero Romero, informo que el noventa por ciento es exportado a la Empresa mencionada, y el resto se comercializa en el mercado local, el que ha demostrado en ocasiones ser mejor que el norteamericano.
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