Por: Gerardo Ibarra
Roberto Lara, mejor conocido como el “Monito Serna” murió en medio de una lucha por lo que tanto amaba, el beisbol.
Hace un par de años, las autoridades del ejido Islita, vendieron el estadio de beisbol a un prominente empresario gasolinero, sin consultar al gremio deportista del valle.
Un estadio que el propio “monito serna” promovió su construcción por allá en 1963, y que desde entonces fue escenario de grandes partidos de beisbol del valle sanluisino.
Desde que el ejido Islita vendió el estadio, Roberto Lara levantó la voz e inició una lucha para recuperar el espacio deportivo.
A través de las páginas del Diario Noticias la lucha se extendió hasta Palacio Nacional, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador giró instrucciones al gobernador del estado de Sonora Alfonso Durazo, para que de manera “personal” atendiera el caso.
“…ya tenemos audiencia con el gobernador (Durazo) si Dios nos presta vida para el jueves 9 (de diciembre pasado, la cual fue cancelada) vamos con el diputado federal Juan Pablo Sánchez Rodríguez a Hermosillo…”, me escribió desde su cuenta de WhatsApp el “monito serna”.
El presidente de la Liga Rural de Beisbol Agrario de San Luis, A.C., lamentó que haya sido vendido, por intereses empresariales, un campo deportivo en el que se practica el beisbol desde 1963.
Roberto Lara Aguirre dijo que dispondría de cualquier recurso para recuperar el estadio, acusó de mentiras a la ex tesorera María Lara, quien negoció la venta del campo de beisbol.
“…dijo que se tomó en acuerdo con la asamblea, y que se había tomado en cuenta a los deportistas, cosa que los deportistas negamos rotundamente”, agregó Lara Serna el pasado 3 de noviembre al reportero del Diario Noticias.
Su trayectoria y legado merecen respuestas.
Descanse en paz, Roberto Lara Aguirre.
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