Por: Raúl Berumen
Durante la dictadura de Jorge Rafael Videla en Argentina, se estima la desaparición forzada de más de 30 mil personas. Ante la violencia, las desapariciones y las ejecuciones, en 1977 surgieron Las Madres de la Plaza de Mayo, para exigir el regreso de sus hijos desaparecidos, muchos detenidos por el ejército y la policía.
Todavía en la época de la dictadura, las mismas Madres de la Plaza de Mayo, sufrieron la violencia, la persecución y desaparición de sus líderes a causa del terrorismo de Estado, aun así, no dejaron de salir a la calle a protestar.
Estas madres buscadoras en Argentina, fueron las primeras en utilizar la idea de que sus hijos no estaban muertos, estaban desaparecidos.
Actualmente en pleno año 2023, en México suman 109 mil personas desaparecidas, esto de acuerdo a la Comisión Nacional de Búsqueda, 27 mil son mujeres y más de 82 mil son hombres desaparecidos.
Todo el territorio de nuestro país se ha convertido en un cementerio, los campos, las carreteras, los desiertos. Las fosas clandestinas brotan en todos los rincones de México, no importa la edad, el sexo, ni la ocupación.
Al igual que en Argentina, en México han surgido grupos colectivos de búsqueda, aunque en condiciones diferentes al final con un mismo objetivo, Madres Buscadoras de sus hijos desaparecidos.
Es difícil pensar en los más de 109 mil desaparecidos en nuestro país, la mayoría estigmatizados sin motivo, pero también son 109 mil familias destrozadas, que viven en la zozobra, en la angustia, pero sobre todo ante la indiferencia de las autoridades.
Día a día caminan en la desesperanza, enfrentando la impunidad, la apatía, la violencia, la insensibilidad, el miedo y la tragedia.
En México, ser Madre Buscadora es un riesgo, también son asesinadas o desaparecidas, de buscadoras pasan a ser buscadas, en los últimos dos años suman ya siete madres buscadoras asesinadas al tratar de encontrar a sus hijos, al buscar una respuesta solo encontraron la muerte en este país sumido en la violencia y el horror.
Porque buscar respuesta, buscar al hijo desaparecido, al realizar el trabajo que deberían hacer las autoridades, unas rebasadas por la situación, otras corruptas, las Madres Buscadoras son acechadas por los grupos delictivos.
“Tenemos miedo de convertirnos en una estadística más”, ha expresado Ceci Flores, quien recorre ese camino de la desesperanza en busca de sus dos de sus hijos desaparecidos.
*El autor es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y director del portal de noticias VOCES
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