La Señora de la Carretera

Le gusta pasear, dicen por la Carretera Del Valle, casi siempre, cuando la noche comienza a apoderarse de las calles sanluisinas.

No saben cómo se llama, pero los que viven por ese sector la definen como de unos 70 años, delgada y de mirada profunda.

No se queja, no lamenta, no grita, no llora, solamente camina cuando ya oscurece.

Le llaman la Señora de la Carretera.

Cuando se la topan, nadie sabe que es ella, hasta cuando voltean y descubren que no hay nadie… la calle está sola.

Algunos ni siquiera la ven, pero de pronto, sienten su presencia y escuchan sus pasos. Saben entonces que se toparon con la Señora de la Carretera.

Su lugar favorito es el tramo comprendido entre el Cbtis, de la avenida Carranza y la Kino. Nadie sabe por qué le gusta pasear por ahí, probablemente para asustar a los niños, a los más pequeños de la familia, quienes ya ni se atreven a preguntar a sus papás quién es la señora.

Las personas de mayor edad aseguran que en vida, fue una señora muy callada y triste, sin hijos y sin ganas de platicar con los vecinos.

Con el paso de los años, la muerte tocó a su puerta y por años no se supo más de ella. Ni era parte de las pláticas familiares, pues no había gran cosa que decir de ella… hasta que se comenzó a aparecer por las calles de la carretera del valle.

De ahí en adelante, todos aseguraban que la habían visto; otros que hasta la habían tocado, y luego describían la piel fría y pegajosa. Seguramente eran mentiras, pero las familias comenzaron a poner cruces y algunas imágenes en las recámaras de sus casas, tratando de evitar cualquier susto.

Los vecinos del sector aseguran que no tienen miedo, eso debe ser falso pues ese tramo se ve desierto a partir de que falta la luz. Nadie se quiere topar con la Señora de la Carretera.