Indudablemente que la pretensión de Mariano Peñuelas de capitalizar a los Comisariados ejidales no caerá bien a los ejidatarios pudientes, los que no necesitan a los directivos para hacer algún trámite.
Pero este proyecto que Mariano ya decidió llevarlo a cabo, es aceptado por 12 de los 13 ejidos considerados productores y que necesitan de recursos para hacer gestiones o cubrir sus más elementales gastos.
Por ahora, los Comisariados no pueden hacer un viaje a Mexicali al Tribunal Agrario, mucho menos a Hermosillo al Registro Agrario Nacional (RAN) porque no tienen ni para pagar la luz de sus oficinas.
La pobreza de los ejidos empezó desde hace casi tres años, cuando los Comisariados en forma separada o individual firmaron un documento donde pedían la anulación del 1 por ciento sobre la producción agropecuaria.
Cuando estampo la rúbrica la mayoría de los presidentes ejidales, el acuerdo lo entregaron al presidente Enrique Reina, quien giró instrucciones a Tesorería para que ésta, a su vez, notificara a las empresas retenedoras del impuesto, para que ya no lo retuvieran.
El promotor de esto, Ing. Armando González Razo, dijo que en lugar del 1 por ciento, se aplicaría una cuota fija de 50 pesos por hectárea, cantidad que además de que era mínima, nunca se cobró a los ejidatarios porque no se encontró el mecanismo para hacerlo.
Tenía una poca de razón Armando, porque sí era bastante lo que se les descontaba del trigo y el algodón a los ejidatarios, pero en lo que se equivocó él y Ernesto Loera, al estar presente en la reunión donde eso se acordó y no oponerse, fue en que no previeron que el nuevo esquema de aportación no estaba definido.
Como el fondo también era afectar políticamente al grupo del Sur que representaba José de Jesús Aguayo, presidente de la CNC en esos momentos, pues nunca se definió con claridad la forma de captar esa cuota.
Se citaron una y muchas veces y nunca se juntaban, hasta que el Presidente Municipal se cansó de que no hubiera un acuerdo para recaudar el dinero, del que el Ayuntamiento recibiría la mitad como sucedía con el 1 por ciento.
Todo quedó en planes.
El Ing. Armando González ya no paga ningún dinero, pero esto no perjudica a su ejido (el Islita), porque ahí se venden y rentan lotes que beneficia al Comisariado, no así en el Independencia de Ernesto Loera, donde el presidente Luis Sánchez ahora no tiene ni para pagar la luz de la oficina.
Y la mayoría de los ejidos así están, solo se salvan el San Luis y La Grullita.
Por eso, ahora que Mariano ha decidido buscar la forma de capitalizar a esos Comisariados, no debe escuchar a quien piensa diferente.
Solo Monumentos está en contra de una aportación a los Comisariados, argumentando que los ejidos no pagan impuestos, lo cual es cierto, pero eso es lo de menos, puede ser donativo o cualquier otro nombre puede llevar el concepto.
La verdad es que este ejido siempre se ha resistido a este tipo de colaboraciones, y para ello llegó hasta el amparo en el pasado.
Pero eso no debe importarle a Mariano, porque la mayoría si están dispuestos a implementar un cobro que ayude a los Comisariados a cumplir con su función.
Es más, tiene que ser una aportación que permita que los ejidos también apoyen a la CNC, porque como Central que es y que tiene su edificio, requiere de su presupuesto.
Se recuerda que en aquel entonces cuando se pretendía quitar el 1 por ciento, siendo presidente del ejido Nuevo Michoacán, Ramón Rodríguez Ochoa, éste propuso una cuota de 200 pesos por hectárea, que fue bien vista hasta por el Presidente Municipal, pero solo por venir de él, ni siquiera la expusieron en la junta que al respecto se llevó a cabo en la CNC, donde el Prof. Manuel López Barba, defendía mantener el 1 por ciento y discutió bastante con Armando González, decidiendo finalmente retirarse de los trabajos.
Hoy en la nueva etapa que está viviendo la CNC, donde se ve que hay unidad, puede ser que si se encuentre el camino que fortalezca a los ejidos y a la madre de ellos, que es la propia CNC.
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