La campaña de las llamadas “corcholatas” de Morena inició y Claudia Sheinbaum visitó varias ciudades de la franja fronteriza, como Tijuana y Mexicali en Baja California; así como San Luis Río Colorado y Nogales en Sonora.
Los eventos en las distintas ciudades se caracterizaron por el acarreo en Tijuana y la falta de entusiasmo de los asistentes en Mexicali, pero quizás el lugar donde más llamó la atención de los reflectores nacionales fue en nuestra ciudad, San Luis Río Colorado, por el descaro y cinismo de los organizadores, especialmente Alejandro González, quien siendo funcionario estatal, se atrevió a realizar un evento al más viejo estilo priista y no solo eso, subir al estrado y dar un discurso (en día y horario hábil).
Ni los viejos priistas se atrevieron a tanto: las principales vialidades de la zona centro cerradas a la circulación vehicular lo que entorpeció el tráfico en la zona. Agréguele toda una fila de taxis acomodados sobre la avenida Juárez para recibir a la precandidata, si, la precandidata que ni candidata es porque todavía no son tiempos oficiales para una campaña.
Además, un gimnasio municipal llenó de acarreados y amenazados, unos de esta ciudad, otros tantos traídos desde Sonoyta por el presidente municipal de esa ciudad.
El influyente periódico Reforma lo registró y detalló duramente, cuestionando las maneras del hijo de Santos González Yescas, alcalde a quien si debemos reconocer ya que tanto él como su equipo de funcionarios no cometieron el error de asistir al evento.
Pero, ¿Qué pensará Alfonso Durazo de que un funcionario de su gobierno ande descaradamente organizando y encabezando el evento de una corcholata? Cuando el mismo gobernador dijo que por respeto, no acudiría a ningún evento de los aspirantes morenistas. Y en el mismo sentido ¿Qué pensará el Secretario de Hacienda del Estado, que uno de sus agentes fiscales ande metido de lleno abiertamente en campaña cuando lo tienen prohibido los servidores públicos estatales?
Que Alejandro González haya organizado un evento con todo y banda de música, besamanos y toda la parafernalia estilo viejo PRI, al final no lo deja bien parado.
Pero, sobre todo, ¿usted le cree que estaba de vacaciones como buscó justificar? Serán vacaciones de un solo día porque toda la semana y los días posteriores lo vimos en todas las graduaciones representando al alcalde. Queda claro que Alejandro no ha aprendido ni de maneras ni de formas de la política.
*El autor es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y director del portal de noticias VOCES
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