La Rueda de la Fortuna

Con el debido respeto, pero… Cuando escucho a Ricardo Anaya hacerse la víctima por toda la trama de lavado de dinero en que está metido, lo primero que viene a mi mente es que la vida es una rueda de la fortuna.

Y es que, lo primero que exige es: “Señor Presidente, saque las manos del proceso electoral” y, cosas de la vida, así le dijeron durante los pasados meses miles de panistas que reclamaban la forma en que Anaya ensuciaba el proceso interno del blanquiazul.

Anaya dinamitó desde su núcleo al Partido Acción Nacional, lo fracturó y eso provocó la estampida de una gran cantidad de valiosos cuadros. A Anaya no le importó acabar con su partido con tal de ser candidato a la presidencia del país.

El candidato blanquiazul no contaba con que el estilo de vida que llevó durante los pasados años le iba a pasar factura, muy cara, por cierto.

El político dictador había sido señalado en repetidas ocasiones por el nivel de vida que se daba. Gastos que eran injustificables con su salario de legislador. Viajes a Atlanta, departamento de lujo en Estados Unidos. La pregunta que surgía de inmediato era: ¿De dónde sale la lana?

Y el asunto le tronó, dos personas investigadas por asuntos irregulares lo han señalado como parte de una trama de lavado de dinero.

Como candidato blanquiazul, Anaya no debería enlodar a su partido y debería acercarse a rendir su declaración voluntaria, ya para librarse de esos señalamientos. Lamentablemente, para él, no quiere hacerlo, y tampoco quiere hacerlo su compinche, quien prefirió pelarse de inmediato y agarró el primer vuelo a Canadá.

Más le vale a Anaya dejar claro todo su oscuro pasado porque le puede generar problemas con el gobierno mexicano y hasta el de Estados Unidos, al que no le tiembla la mano a la hora de poner bajo sospecha a cualquiera, sin importar su posición

Ya lo hizo hace poco con el famoso futbolista, Rafael Márquez. Años atrás, el gobierno mexicano hizo graves señalamientos a Ernesto Samper, quien, no podía ingresar a los Estados Unidos.

Es lamentable hasta dónde Anaya ha llevado al PAN. Tan fácil que hubiera sido que, como presidente de ese partido apoyara a Margarita Zavala, quien se era la mejo posicionada de ese partido, o a cualquier otro de sus militantes. Anaya los podía haber llevado de la mano a conseguir la presidencia de México. Hubiera quedado como el presidente de partido que regresó al PAN a Los Pinos.

Sin embargo, la ambición lo venció, no quiso hacerlo y, pues, ni modo, como la vida es una rueda de la fortuna, esos reclamos que, meses atrás le hacían los panistas, de “presidente, saque las manos del proceso electoral”, ahora él se los hace al presidente Peña Nieto.

Nomás falta que, después de la rueda de la fortuna le vaya a tocar subirse a un tobogán… Digo, con el debido respeto.