Estoy convencido, si el factor AMLO no se hubiera entrometido en la ruta electoral del 1 de julio, Acción Nacional de todas maneras hubiera perdido la Presidencia Municipal de San Luis.
Por tres grandes razones:
- Por el desencanto al interior del Partido derivado de la forma en que se definieron las candidaturas –la fórmula “más de lo mismo” encabezada por Everardo López Córdova simple y sencillamente significó una afrenta para el panismo.
- Por la propuesta fresca y renovada que presentó el Partido Revolucionario Institucional en la figura de “Titilo” Leyva.
Pero sobre todo…
- por el manejo (y/o manipulación, como usted quiera), desde mi punto de vista, magistral, que se hizo de la opinión pública en relación al gobierno de Enrique Reina Lizárraga a partir de sus propios ‘deslices’.
Enrique, básicamente, cometió tres pecados “ordinarios” y uno “capital”, que a la postre se convirtieron en carne de cañón para los estrategas en marketing electoral al servicio de los partidos oposición.
¿Cuáles son esos “pecados”?
- Negar el agua a la colonia Topahue y más que todo, delimitar la geografía urbana de forma hasta cierto punto despectiva –sanluisinos Clase A y Clase B, ¿se acuerda?
- Mostrar indolencia en el caso del niño que perdió la vida a consecuencia de la caída de un columpio del parque Yoreme, y
- Despilfarrar recursos públicos en obras superfluas y de dudosa inversión, como el triste-célebre Monumento al Centenario, construido en la avenida Hidalgo y la calle Cuarta.
Estos y otros errores en el ejercicio de su gobierno, fueron hábilmente capitalizados por los partidos ‘de enfrente’ para generar una imagen perceptual negativa hacia su Administración y su persona, independientemente de que su trabajo tuvo muchos más aciertos que desaciertos a lo largo de los tres años.
Ahora bien, ¿cuál es el pecado “capital” en el que incurrió el todavía Presidente Municipal de San Luis?
Sin lugar a dudas, el no haber sabido contrarrestar esa manipulación de la opinión pública de la cual le hablaba hace un momento; el no haberse rodeado de gente capaz, profesional, que contuviera y revirtiera el efecto de las campañas de desprestigio de las cuales fue víctima, negras, sí usted quiere, pero altamente eficaces.
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