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POLICÍAS

Más allá de las versiones ‘off the record’, la muerte del oficial Daniel Cortez Castro, el lunes pasado, no deja de ser un hecho lamentable.

Tan lamentable como en su momento fueron los asesinatos de Víctor Hugo Arroyo (en los tiempos del Químico Madrid), José Antonio Pineda Rodríguez, Francisco Vargas, Adrián Esparza Martínez, Jesús Guzmán, y los más recientes, Luis Fredy Rodríguez Soqui, “Jessy” Zamora, Armando Arreola y Francisco Vázquez Bustamante.

¿Por qué los mataron…? ¿Quiénes los mataron o por órdenes de quién segaron su existencia?

Son preguntas de las que quizás nunca tengamos respuestas exactas, sólo rumores de pasillo.

Al oficial Arroyo, por ejemplo, todo mundo, en su momento, supo que lo había asesinado Jaime González, “El Jaimillo”, pero finalmente el conocido narcotraficante local fue encarcelado y condenado por el homicidio de un sujeto de nombre Jesús Echeverría, a quien le asestó nada más y nada menos que 90 puñaladas –imagínese el grado de locura de este sujeto que también fue señalado por el crimen de Benjamín Flores.

En el caso de Pineda, la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado concluyó que su muerte había sido “un encargo” de Manuel Garibay, el cabecilla del temido Clan Garibay, del ejido Pescaderos, pero hace apenas un par de años un Juez federal determinó que no tenía nada que ver y lo exoneró –hoy, por cierto, “El Manuelón” es un prominente agricultor del Valle de Mexicali.

A “Varguitas” y Esparza supuestamente los mataron dos ‘polleros’ de apellidos Viera; si mal no recuerdo, uno de ellos fue detenido en Nayarit, pero le mentiría si le dijera que sé si se le juzgó o fue dejado en libertad.

De los que sí, de plano, no se ha sabido nada, al menos de manera oficial, porque la Fiscalía se ha dormido en sus laureles, son de Soqui, “Jessy” y Vázquez Bustamante –Arreola, usted recuerda, cayó abatido en el Golfo, en aquella trágica Semana Santa donde se enfrentaron a balazos policías y ‘totoaberos’.

De Soqui y Zamora se dicen muchas cosas, entre ellas que su muerte se desprende de un mismo móvil, pero como le digo, nada oficial, pura especulación –y al final del camino, ‘haiga sido como haiga sido’, nadie merece morir de esa forma.

Lo mismo ocurre con Francisco Vázquez Bustamante…

Director de Seguridad Pública Municipal en el trienio de Leonardo Guillén, sucumbió ante la ráfaga de un rifle de alto poder en un céntrico crucero de la ciudad (Sonora y 22) y ni así, la autoridad pudo capturar al responsable.

Pero lo más lamentable aquí es que en 2016, meses después del atentado, la Policía Ministerial de Baja California capturó a dos tipos a quienes involucró en el crimen del jefe policiaco de San Luis (uno en Ensenada y otro en Mexicali) y la Fiscalía sonorense ni se preocupó por incorporar sus declaraciones a la carpeta delictiva.

¿Qué podemos esperar hoy con el caso de Cortez Castro?

La verdad, no mucho o quizás nada.

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