En los dos anteriores partes de este artículo, les he comentado de lo importante de atacar el gran problema de la ansiedad y la depresión que están viviendo las nuevas generaciones. La mejor manera es prevenirlo sin tener que enfrentarnos de frente a ese gran monstruo llamado ansiedad o depresión.
Les comenté también lo trascendental de saber ejercer presión en nuestros hijos, precisamente para acostumbrarlos a vivir en una presión ascendente a su crecimiento y desarrollo; la misma que evitará ante los retos de la vida que caiga precisamente en una depresión o en un estado de ansiedad.
En este tercer y último artículo sobre este tema te compartiré precisamente cómo es que debes de presionar.
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Yousuf Karsh dijo que el carácter es como las fotografías, se revela en la oscuridad.
Lo que significa que cada vez que tú ejerces presión en la vida de tu hijo, lo que veas en ese momento es su carácter. Si observas que reacciona como un niño que fácilmente llora, se queja, hace berrinche, es ingrato y muy malhumorado, aferrándose solamente a la comodidad, lo que estas observando es un carácter muy débil, y más que preocuparte, te tienes que ocupar en lo mucho que tienes que presionar a ese hijo emocionalmente vulnerable.
Si tu hijo es obediente ante la presión, esforzado y perseverante, te da señas de un carácter fuerte, el cual no debes de descuidar.
La primera presión que debes entender, padre o madre de familia, es la presión que tú mismo tienes que llevar. Entendamos que si deseamos ser padres sobresalientes hay muchas ideas erróneas con las que tenemos que cortar. La sociedad te va a presionar a que sigas sus preceptos de vivir ciegamente al día con una educación que no piensa en el mañana, solo hasta que trágicamente lo tiene enfrente.
Resiste, padre o madre de familia, ante la responsabilidad de saber que toda la vida te han engañado, ya que tú no eres una figura materna o paterna, lo que realmente eres es un molde.
Somos pues, los encargados de darle figura al carácter y a la felicidad misma de nuestros hijos, ya que como bien dijo Raoult Guerin, “el carácter es la mitad del destino”, esa mitad que está basada en esa figura paterna y materna que son los hijos, forjado día a día en molde de ejemplo y educación de sus padres.
La psicología evalúa la fortaleza o debilidad del carácter de las personas, en base a su tolerancia a la frustración.
Si tú quieres que tu hijo no sea una persona que fácilmente se frustre ante las adversidades de la vida, precisamente lo que tienes que hacer es frustrarlo, ten en cuenta que son dosis de frustración que van en aumento conforme su crecimiento y desarrollo, las mismas que lo presionan en un entrenamiento que le hará mantener la calma y el temple ante una vida que lo frustrará aún más.
Frústralo y recuerda que es con un fin formativo, ya que si siembras un acto, cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.
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Observa más allá en el resultado de cualquier actividad, al cumplir tu hijo en las diferentes tipos de presión ya sea, doméstica, académica, personal o familiar, lo que se está fortaleciendo es su alma misma, en el temple y el carácter que le ayudará para que en su momento totalmente independiente, tenga las herramientas para forjarse en medio de toda lucha un muy buen destino.
Nunca dudes del valor de la presión que ejerce la disciplina, la misma que es responsable de los grandes triunfadores del pasado, de la actualidad y de igual manera del futuro.
Las ideas sensacionalistas y totalmente modernas que han querido minimizar el valor de la disciplina, con el paso del tiempo han sucumbido.
Hoy es tiempo de prevenir, la mayoría de las grandes tragedias en la salud mental se pueden evitar y día a día tienes la oportunidad de librarte emocionalmente de terribles monstruos, tales como la ansiedad o la depresión. Decide padre en qué manera estas presionando hoy.
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