Por Pedro Márquez R.
Cuando una Empresa trata bien a sus empleados o socios, da signos de que su funcionamiento operativo es holgado, sobre todo en estos tiempos en que las condiciones naturales no son fáciles y, que la Secretaría de Hacienda en lugar de facilitar su operación, les pone trabas en su afán recaudatorio.
Tal es el caso de la Sociedad Cooperativa Lic. Alfredo V. Bonfil, que durante los últimos dos lustros, su caminar financiero no ha sido fácil, pues una serie de vencimientos en los bancos y proveedores, impedían que los socios percibieran un bono, si no justo, porque merecen mucho más, si que les ayude a tener una navidad feliz.
Desde hace mucho tiempo, la Cooperativa dejo de hacer rifas en la posada de refrigeradores, televisiones, estufas, sembradoras, desvaradoras, etc., pues los tiempos, aunados a malas administraciones, no lo permitían.
Afortunadamente parece que los nubarrones quedaron atrás, y dos administraciones ligadas, la del Ing. Héctor Eliot Muñoz y la que actualmente encabeza Gilberto Ibarra Lepe, están dando muestras que se puede volver a la época cuando la cooperativa era el referente en muchos puntos en la región.
Aunque el Prof. Modesto Gutiérrez, no es de los que gustan adular las acciones de otros, y menos cuando no hay razón, en la asamblea CX111 de la Cooperativa del domingo anterior, se refirió directamente al Consejo actual para felicitarlo, porque “su actuación ahora sí nos hacen sentir socios,” dijo con su voz amplificada por el micrófono.
Las palabras del mentor que siembra por hoby, por si solas tienen peso, pero en realidad pesan más porque las dijo desde la mesa donde se encontraba el Ing. el Ing. Celaya Martínez, a quien se le atribuye la creación de los dos casos cuando fue Presidente de la Empresa.
Conste, el Prof. es o era simpatizante del Ing. cuando fue candidato y presidente, la segunda vez…
Y es que momentos antes se les había informado que la Cooperativa estaba en condiciones de entregarles un bono navideño de once mil 800 pesos a cada uno de los socios.
Totalmente diferente a cuando se entregaban mil pesos y últimamente tres mil.
Estos casi doce mil pudieron haber sido treinta mil o cuarenta mil si el Consejo no se hubiera visto obligado a liquidar casos jurídicos heredados de hace diez años.
La verdad es que tanto el Ing. Héctor Eliot Muñoz, como Gilberto Ibarra, tuvieron la suerte de hacerse de un Gerente General que no solo sabe de números, si no que le apasionan y los amalgama con la responsabilidad casi enfermiza que siente cuando hace un compromiso.
Me refiero al MVZ Óscar Real Romero, quien hace cinco años dejo la Gerencia de la Financiera Nacional, precisamente por esa dañina entrega que lo caracteriza.
Con Gilberto, hizo una mancuerna que, el mismo, Gilberto, lo reconoció en la misma asamblea, diciendo que el merito de las condiciones en que esta la Cooperativa, y del bono navideño, se debe en parte a él.
¡Justicia justa!, dijo el líder.
Pero digo que HIZO buena mancuerna con Gilberto, porque ya no esta en la gerencia general, renuncio al cargo, quedándose solo como asesor financiero, lo que le permite dedicarse a su familia e ir más seguido a su natal Carbo, en donde aspira establecerse tarde o temprano, o de perdida ahí cerca, en Hermosillo.
Después de la asamblea se vivió otro momento importante donde se volvió a mostrar que la Cooperativa va por buen camino financiero, pues le destino un millón 700 mil pesos a la rehabilitación del Salón de la Pequeña Propiedad.
Los miembros de Esta Organización Campesina son los que dieron origen a la Cooperativa, y no viceversa como se percibe con la leyenda “Bonfil” a la entrada.
Pero de todas maneras, todos los socios ejidatarios y pequeños propietarios, guiados por el nuevo consejo, están haciendo posible el lema de la Cooperativa “Todos hacia el Progreso”.
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