Los jóvenes no quieren trabajarlas, augura Oscar Castro.
Pedro Márquez.-
Las tierras que están en producción pasarán a manos de las Empresas trasnacionales, y las que están en vías de lo mismo, quedarán desérticas porque no habrá quienes las quieran trabajar ya que la generación de jóvenes no les interesa el ramo agrícola.
Es el ex Presidente del Comisariado del Ejido El Fronterizo, Carlos Castro de la Rocha, quien vaticina lo anterior, al mirar que en su núcleo solo residen cinco ejidatarios, el resto de los que ahí vivían -57-, se fueron a otros lugares en busca de oportunidades ajenas a la agricultura.
Solo campesinos entrados en edad y dedicados a otras actividades son los que viven en el Poblado, porque los jóvenes han emigrado buscando nuevos horizontes, dejando en el olvido las tierras de sus padres, revela el campesino que no ve un futuro halagador de ese ejido.
Con la visión que tiene, puede advertir que si la juventud no se decide a sembrar, el Fronterizo volverá a ser lo que antes fue, una parte del árido Desierto.
Pero el mismo desinterés de los jóvenes se ve en los ejidos que ya están en producción, pues tampoco quieren trabajar la tierra, observa preocupado.
Aquí en las tierras en producción la ausencia de jóvenes es por otros argumentos, como la falta de precio en las cosechas y créditos accesibles, principalmente.
Esto, asegura, es lo que ha originado que los propietarios de las tierras las estén traspasando en renta, incrementando el rentismo a poco más del noventa por ciento.
En esta situación, manifiesta que son las Empresas trasnacionales las que habrán de quedarse con las tierras, tanto en la parte del Desierto donde ya las están comprando, como en la de abajo, donde solo las rentan, ambos casos con prestanombres.
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