Se debe pedir de acuerdo a la superficie con permiso, considera José de Jesús Aguayo Hernández
Pedro Márquez
Para José de Jesús Aguayo Hernández, la reiterada escasez de agua que se presenta en los diferentes cultivos, no es porque la Comisión Internacional de Límites y Aguas –CILA- no entrega a la Comisión Nacional del Agua –CONAGUA-, los volúmenes mensuales estipulados en el convenio internacional vigente.
Esa escasez tiene su origen en los propios módulos, porque el personal encargado de hacer la programación mensual con base en la superficie de cada cultivo, no se apega a la realidad, dice el usuario del ejido Emiliano Zapata, José de Jesús Aguayo Hernández.
Siempre hay faltantes por error, aunque pareciera que es intencional porque la escasez se presenta en todos los ciclos, recuerda el expresidente del Comité Regional Campesino Número 8 –CNC-.
Aunado a ese descuido, se tiene que sumar la entrega de agua a productores que sembraron sin tener el correspondiente permiso, provocando esto que se le quite el agua a quienes si tienen derechos normales o compraron volúmenes, dice el líder con presencia en el sur del valle.
Obviamente, agregó, quienes, valiéndose del amiguismo o compadrazgo de algún directivo, nunca va a decir el error en que está al regar sin el permiso, ocasionando que el problema recaiga en los consejeros.
Para evitarse problemas los directivos y que los usuarios cumplidores enfrenten escasez del elemento, lo que se tiene que hacer, es una programación del agua acorde a la demanda de cada cultivo por la superficie a sembrar, sugiere el ejidatario.
Quien no tenga el correspondiente permiso para la superficie pretendida a regar, simplemente que no se le de el servicio, exhorta quien asegura que con ello se terminara la escasez de agua.
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