Se necesita ser muy cínico como el alcalde Santos González para fingir demencia ante el uso de recursos públicos municipales para pintar bardas a favor de Claudia Sheinbaum en el ejido Islita.
Después de la denuncia de VOCES la semana pasada, respecto a las bardas que apresuradamente pintaron para darle la bienvenida a este municipio a la “corcholata” de Morena, por cierto, a un evento organizado por Alejandro, el hijo del alcalde, resulta ridícula la declaración de Santos González, buscando deslindarse de la acción ilegal de utilizar recursos públicos para promover a la aspirante a la candidatura presidencial.
“Algo tenemos que hacer al respecto, reprobamos esa actitud porque no debe ser así, la regla es muy clara en Morena, que no podemos meternos ni desviar recursos” expresó el alcalde en rueda de prensa.
Y fíjese usted, en el mismo sentido, el secretario del Ayuntamiento, el panista Héctor Sandoval, quiso ponerse el huarache antes de espinarse informando que el caso ya estaba en manos de la contralora municipal.
Es una verdadera pena que Héctor Sandoval haya perdido la vergüenza y la dignidad al solapar estos evidentes actos de corrupción (y muchos más en el gobierno de Santos González) con tal de asegurarle una candidatura a su hermano César Iván, por cierto, candidatura cada vez más lejana.
Pero si Santos González quiere encontrar al responsable de las pintas de bardas y el uso de recursos públicos municipales, es el ex director de Desarrollo Social quien le dio la pista más contundente al buscar también justificar su despido del Ayuntamiento, declarando a medios locales que dejar DESOM fue por decisión propia, “luego de charlas con las cabezas del grupo político encabezado por el agente fiscal Alejandro González”.
Esta declaración de Carlos Higuera deja claro lo que todos sabemos en San Luis Río Colorado: es Alejandro, el hijo del alcalde, quien manda en Palacio Municipal, los funcionarios, regidores, delegados del valle, todos están a su servicio. Por eso la facilidad de utilizar recursos públicos municipales para promover la campaña de Sheinbaum, campaña que él coordina.
Al final, nomás esperemos que no castiguen a los empleados municipales como “chivos expiatorios”, son los más débiles en el eslabón y los que menos responsabilidad tienen en el cochinero.
*El autor es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y director del portal de noticias VOCES
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