VIVE GRECIA NUEVA CRISIS DE REFUGIADOS

Por Reforma

Ante una ola potencial de casi un millón de personas que huyen de los combates en el norte de Siria, Turquía ha abierto sus fronteras con Grecia a miles de refugiados y otros migrantes que intentan ingresar a Europa, y ha amenazado con enviar «millones» más.

Grecia respondió cerrando la frontera terrestre, apresurándose con refuerzos militares y policiales, e intentó detener los barcos de migrantes que intentaban el corto pero peligroso cruce de la costa turca a sus islas orientales.

Las organizaciones de derechos humanos han pedido medidas urgentes para evitar que la situación se deteriore aún más, advirtiendo de una crisis humanitaria en desarrollo.

¿Quiénes son los refugiados?

Turquía alberga a 4 millones de refugiados, unos 3.6 millones de ellos de Siria. Anteriormente, su movimiento dentro de Turquía estaba estrictamente regulado y, en virtud de un acuerdo de 2016 con la Unión Europea,

Turquía intensificó los controles fronterizos. Desde que Ankara anunció a finales de febrero que no impediría a quienes buscan ingresar a Europa, miles de afganos, iraníes, sirios, paquistaníes y otros de África y Asia se han apresurado a probar suerte. Según la Organización Internacional de Migraciones de la ONU, días después del anuncio 13 mil personas se habían reunido ya en la frontera. 

Aunque el empuje aparentemente proviene del conflicto en el sur de Turquía, los funcionarios griegos dicen que muy pocos de los recién llegados son sirios. La mayoría de los arrestados son afganos, pakistaníes y marroquíes. Las cifras de enero, antes de los intensos combates en Siria, muestran que el 35 por ciento de los que ingresaron a Grecia desde Turquía eran afganos. Los sirios representaron el 14 por ciento.

¿Por qué Erdogan abrió las puertas?

Turquía se ha quejado durante mucho tiempo de la falta de apoyo que recibe para asumir la carga de cuidar a la mayor población de refugiados del mundo. A pesar de la promesa de 6 mil millones de euros para pagar los servicios para los sirios, el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quiere renegociar el acuerdo con la UE.

Él dice que Turquía ha gastado 40 mil millones hasta la fecha en acoger refugiados. Ankara también busca apoyo para su política en Siria, donde se opone al Presidente sirio Bashar Assad y combatientes kurdos vinculados al PKK, que ha luchado contra una insurgencia de 35 años dentro de Turquía. Erdogan quiere usar un territorio confiscado a los kurdos en octubre para reasentar a los refugiados de Turquía, pero el plan se ha encontrado con poco apoyo internacional.

¿Qué significa esto para Grecia?

Incluso antes de la crisis actual, Grecia estaba luchando para hacer frente a decenas de miles de migrantes que habían ingresado desde Turquía. La mayoría quiere continuar hacia países más prósperos de la UE, como Alemania, pero están atrapados en Grecia tras los cierres de fronteras en otros países a lo largo de su ruta.

Los campamentos de migrantes en las islas están muchas veces por encima de su capacidad (más de 20 mil personas están solo en Lesbos) y las condiciones de vida allí son terribles. Según el acuerdo UE-Turquía, los recién llegados deben permanecer en las islas hasta que se procesen sus ofertas de asilo, pero el largo proceso de asilo ha llevado a una gran acumulación de pedidos.

Los residentes de la isla se están quedando sin paciencia después de cinco años de soportar el impacto de la afluencia de inmigrantes en Europa, y los esfuerzos del Gobierno griego para construir nuevos campos de detención en Lesbos y Chios provocaron disturbios en las islas.

¿Se repetirá la crisis de 2015?

En 2015, un millón de refugiados llegaron a Europa, cruzando principalmente de Turquía a Grecia y, en menor medida, de países como Libia a Italia. Aunque Erdogan dijo que «millones» pronto esperarían para cruzar la frontera griega, los estados fronterizos de la UE como Grecia y Bulgaria han movilizado rápidamente a la policía, los guardias fronterizos y los militares para enfrentar el escenario y parecen estar mejor preparados para detener a gran escala cruces terrestres que en 2015.

Sin embargo, los cruces marítimos son mucho más difíciles de detener. Dado que la guardia costera turca no hace nada para detener los barcos migrantes que se dirigen a las islas griegas, una vez que los endebles y superpoblados barcos se encuentran dentro de las aguas griegas, no se les puede devolver.

Muy a menudo, sus ocupantes necesitan ser rescatados de barcos hundidos o dañados. A fines del año pasado, las llegadas a Grecia estaban en su nivel más alto desde 2016.