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Periodismo y Política en México

Biebrich, Blancornelas y Muñoz Ledo.
 
A todos los reporteros que tienen el valor de luchar por la verdad.
Jesús Blancornelas, Biebrich Crónica de una Infamia.
 
Por: Germán Orozco Mora
 
1964.- Biebrich “se la jugó” con el Secretario de Gobernación cuando iniciaba su proselitismo para llegar a la Presidencia de México. De la simple atención, del trato y el quehacer político, Echeverría se fue hasta el fondo de la confianza con Biebrich de la misma forma como Fausto Zapata Loredo (potosino) y Porfirio Muñoz Ledo (Cd. de México).
 
1970.- Por eso cuando Echeverría llegó a la Presidencia lo ubicó como Subsecratario de Gobernación. Al acercarse la postulación de candidato al Gobierno de Sonora preocupado el Presidente por los problemas electorales en Sonora promovió a Carlos Armando Biebrich como candidato; el Secretario de Gobernación le explicó al Presidente “existe un grave problema, Biebrich no tiene edad…; Luis Echeverría le expresa: “No señor Secretario, ese no es problema. Hablele al Gobernador y que se modifique la Constitución local”.
 
1974.- Carlos Armando, el consentido de don Luis, había ridiculizado a Augusto Gómez Villanueva, ahí, aquel 18 de Junio de 1974 en el Salón Azul del Casino de Hermosillo , empezó a escribirse la caída de Carlos Armando Biebrich Torres. No se imaginaba Augusto cómo llegaría el momento cuando una noche luego de comentarlo ampliamente con el licenciado don Porfirio Muñoz Ledo -otro presidenciable- y de instrumentarlo con el General Hermenegildo Cuencia Díaz y con su incondicional Celestino Salcedo Monteón, irían a lo inconcebible: El Crimen.
 
La noche del 25 de noviembre de 1974 en Huatabampo, Sonora un campesino expresaba “….Ya estamos cansados de tanto funcionario cabrón, de tanto funcionario hijo de la chingada y de tantas promesas.”. Al verlo Echeverría el campesino dijo: “Perdón señor Presidente, pero ya no aguantamos”.
 
1975.- A los nueve meses de aquella noche en Huatabampo, el 19 de octubre de 1975, cansados los campesinos de promesas y azuzados por el propio Augusto Gómez Villanueva y Celestno Salcedo Monteón invadieron las tierras del Yaqui que peleaban. Las tierras que el Presidente les había prometido. Tres días después de la invasión, al desalojarlos el Ejército y la Policía Judicial, siete ejidatarios murieron en una balacera. … Fueron engañados por Augusto y Celestino hasta el punto de la muerte. Se quedaron esprando una promesa sin sumplir del Señor Presidente. Y hasta le fecha, no cumplida.
 
La revista Time realizó una encuesta mundial y su equipo de reporteros seleccionaron a los jóvenes más brillantes de cada país “integrantes del futuro liderazgo mundial”. Por México eran dos: Los licenciados Carlos Armando Biebrich y Porfirio Muñoz Ledo. Time apuntalaba la consideración de que en seis años (1976) estaría en la antesala de la Presidencia de la República. Times lo sabía: Biebrich y Porfirio Muñoz Ledo eran los consejeros principales del Presidente Luis Echeverría en sus decisiones de orden internacional.
 
Al Presidente le llamó la atención como el gobernador de Sonora seguía los pasos de Henry Kissinger y los comentaba. Augusto Gómez Villanueva se sintió disgustado cuando se opuso a la entrevista de Echeverría con el Papa Paulo VI y Biebrich lo vio favorable.
 
Por lo regular Biebrich no coincidía con las opiniones ni de Porfirio ni de Gómez Villanueva. Cuando éstos dos salieron del Gabinete Presidencial y don Luis los mandó al Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Porfirio como Presidente y Augusto como Secretario… y procedieron a remachar el clavo sobre la humanidad política de Biebrih.
 
Porfirio Muñoz Ledo como Presidente Nacional del PRI. Se había aliado con Gómez Villaueva y Hermenegildo Cuenca Díaz (Secretario de la Defensa Nacional) para queel general obtuviera (la candidatura) –como así fue- a la gobernatura de Baja California Norte y como Cueca había girado las órdenes autorizando la matanza de los campesinos. El Jefe de la Policía Judicial del Sonora, el Teniente Coronel Francisco Arellano Noblecía, había obedecido órdenes del general Ceunca Díaz.
 
Carlos Armando Biebrich obtuvo declaaciones de testigo que vieron cuando los hombres encabezados por el Teniente Coronel Arellano Noblecía daban muerte por la espalda, acorralados, a los siete campesinos en la matanza de san Ignacio Río Muerto, Valle del Yaqui en Sonora.
 
Augusto Gómez Villanueva, Félix Barra, Celestino Salcedo Monteón, Arellano Noblecía, Cuencia Díaz, y Porfirio Muñoz Ledo cometieron aquel crimen impune. Cuencia fue candidato, pero “falleció”aparentemente envenenado en Tijuana durante su campaña. Lo sustituiría Roberto de la Madrid Romandía, quien persiguió hasta en los templos a don Jesús Blancornelas quien tuvo que refugiarse en San Diego, California; su primer libro: Biebrich, Crónica de una Infamia. Con esta nota al final de su obra: “Nada de lo escrito aquí, es mentira. Copias de los documentos oficiales y confidenciales que ampara, nutren y respadan este trabajo, recortes periodísticos y apuntes, están a la orden de quien los necesite”. (Tijuana, B.C.N., Septiembre 9/1978, 3ª. Edición).

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