* La escena no se había registrado desde el verano del 2019, cuando cientos de extranjeros se apostaban en el corredor turístico.
Catalina Navarro
San Luis, Arizona
Tras casi medio año de la implementación de la sección para solicitar el proceso para obtener asilo humanitario o político en la aplicación y página de Aduanas y Protección Fronteriza denominada CBP One, los primeros extranjeros que podrían recibir la tan anhelada protección en suelo norteamericano esperan su turno en el paso peatonal desde San Luis Río Colorado, Sonora, reapareciendo el cuadro que no se registraba desde el verano del 2019.
Como se recordará, desde finales del 2018 cuando se avecinaron las primeras caravanas migrantes a esta frontera y a la de California en Tijuana y Mexicali, Baja California, se podían ver decenas de familias de extranjeros y mexicanos de estados del Sur del país en las aceras de acceso a este país, en espera de un turno para poder apenas ser vistos por un oficial de asilo, quien decidiría si su miedo era probable para poder empezar el proceso.
Actualmente, con la disponibilidad de CBP One, quienes optaron por no ingresar de manera indocumentada por espacios sin muro físico a Estados Unidos, están prácticamente acampando en la banqueta, donde se pueden ver improvisadas camas con cartón y cobijas.
En una breve conversación con esta reportera, algunos de los aspirantes a asilo aceptaron que eligieron la aplicación de CBP One para “asegurarnos de que no nos quitaran nuestro poco dinero los, esos, ‘polleros’, como les llaman los aduaneros”, como dijo “Cristóbal”, un joven padre de dos niños de 3 y 5 años, quien con su esposa vino desde Nicaragua.
“Nosotros supimos de la aplicación porque la están promoviendo en las embajadas de Estados Unidos en nuestros países, y quisimos venirnos para buscar que nos atendieran”, dijo el muchacho de tez morena, abrumado por el calor que se registra en esta frontera.
Solidarios en la espera
La familia de Nicaragua y otros migrantes de otros países lejanos aceptaron que en la espera se generan gestos de solidaridad entre ellos.
Es el caso de un africano que viaja desde Yucatán con su esposa y no lograba entender algunas palabras, pero entre ellos le ayudaron a comprender e incluso algunos vendedores de artesanías le orientaron para saber dónde podía renovar la tarjeta de su celular, según compartieron a esta reportera.
Mientras tanto, los esperan sus familiares en el otro lado, si aprueban sus permisos.
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